Las tecnologías de control climático no son exactamente nuevas, aunque muy inexploradas. Pero China tiene la intención de llevar esto a otro nivel, utilizando un método conocido como “sembrar” nubes en más de la mitad de su gigantesco territorio.
El objetivo no es el mero control de las lluvias y las sequías, sino facilitar y mejorar los cultivos en varias provincias. Los países vecinos se preocupan.
El control de las nubes y las lluvias programadas no es nuevo en Beijing, pero el Gobierno de China tiene la intención de ampliar mucho más el uso de la herramienta.
El objetivo es cubrir un área de 5,5 millones de kilómetros cuadrados para 2025, lo que representa alrededor del 60% de su territorio. El gobierno todavía tiene la intención de ser capaz de prevenir la lluvia de granizo, lo que destruye las plantaciones, y tomar la técnica más eficiente para 2035.
La siembra de nubes se lleva a cabo con la pulverización de compuestos químicos directamente en las nubes.
Productos como el yoduro de plata se utilizan a menudo y ayudan a condensar el vapor de agua más rápidamente, causando que la lluvia caiga antes de lo esperado. Por lo tanto, evita grandes tormentas, tormentas de granizo y “clima feo” en general.
La tecnología comenzó a desarrollarse en los Estados Unidos en la década de 1940, pero no ha evolucionado tanto desde entonces.
Los científicos acusan al gobierno chino de utilizar la técnica sin ningún o poco apoyo científico, lo que ha causado tensiones con los países vecinos desde que se anunció el programa de expansión en diciembre de 2020.
Ladrones de lluvia
China está causando controversia con las medidas de control climático. La vecina India, por ejemplo, que ya no tiene muy buenas relaciones con el gobierno de Beijing, teme que la ingeniería climática pueda dañar el monzón de verano.
Estas lluvias, que tienen una temporada y un horario prácticamente programados de forma natural, son muy importantes para la agricultura en la India.
Taiwán teme que toda la parte asiática oriental se vea afectada por la siembra de nubes.
Los investigadores taiwaneses creen que la situación podría incluso resultar en acusaciones de “robo de lluvias” entre los gobiernos de la región, en escenarios donde la tecnología se desarrolla y permite que la manipulación sea aún más eficiente y precisa.
Comments
0 comments