Los perros son los mayores socios de los humanos desde la prehistoria. Un nuevo estudio sugiere que esta amistad comenzó por casualidad, sin mucho planeado por ninguna de las partes.
Vale la pena recordar que al principio de todo, estos animales no eran exactamente los perros que conocemos y amamos hoy en día, sino más bien lobos salvajes que finalmente se acercaron a nosotros.
Según la nueva hipótesis, todo ocurrió en algún momento entre 20 y 40.000 años atrás, cuando los seres humanos almacenaban una buena cantidad de carne para pasar el invierno, cuando la caza se hace más difícil.
Fue con la vista puesta en nuestro stock de alimentos que muchos lobos se habrían acercado a aldeas y comunidades, entregando a los perros de compañía de estas personas.
La compañía de estos perros antiguos puede ser atestiguada según el estudio, publicado en la revista Scientific Reports, a través de la cantidad de carne que estos humanos debían almacenar en ese momento.
Con un clima extremadamente frío, en medio de la edad de hielo, el stock de alimentos era sorprendentemente abundante, haciendo que no hubiera competencia entre humanos y lobos.
Los animales terminaron atraídos por la comida disponible y los humanos, con mucho, podían alimentarlos. Así, el vínculo creado fue pacífico y pronto comenzó el proceso de domesticación, que incluyó el pastoreo de ganado primitivo, la ayuda en la caza e incluso en batallas contra otros seres humanos.
Amigos “de los viejos”
La domesticación de perros por los seres humanos es un fenómeno único en nuestra historia. Varias otras especies de plantas animales y hongos fueron domesticados, pero los perros fueron los primeros y los únicos en iniciar esta asociación todavía en el período nómada de la humanidad.
Todo lo que fue domesticado vino más tarde, con humanos y agricultores ya sedentarios.
No hay consenso sobre dónde comenzó la domesticación de perros. Los principales candidatos son regiones de Asia o Europa, pero todavía existe la posibilidad de que el proceso se haya llevado a cabo en diferentes lugares y tiempos, culminando en la difusión de la práctica en todo el mundo.
El fósil más antiguo de un perro data de hace 14.000 años y fue enterrado junto a una persona, lo que indica que en ese momento, la domesticación ya era antigua.
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